Humedales en riesgo: tala sin control en el Río Santiago pone en alerta a ambientalistas

Vecinos y colectivos ambientalistas alertaron sobre la destrucción de monte nativo en una reserva ribereña de Berisso. Acusan intervención ilegal en una zona protegida, sin carteles ni permisos visibles, y exigen respuestas urgentes del Municipio y la Provincia.

Un nuevo conflicto ambiental sacude a la ciudad de Berisso. En las últimas horas, vecinos y organizaciones ecologistas denunciaron públicamente la tala de árboles nativos y el desmonte de sectores del humedal del Río Santiago, una zona que forma parte del ecosistema ribereño del Río de la Plata y que es reconocida por su alto valor ecológico.

Según los testimonios recabados, se observaron trabajos de remoción de vegetación y movimiento de suelos sin ningún tipo de cartel de obra ni autorización oficial visible. Las imágenes difundidas por la organización ambientalista Nuevo Ambiente dan cuenta de un avance significativo sobre el monte nativo, lo que motivó la presentación de un reclamo formal ante el Municipio de Berisso y la Dirección de Áreas Naturales Protegidas de la provincia de Buenos Aires.

“El lugar está siendo intervenido sin autorización, y esto afecta no solo a la biodiversidad del área, sino también al uso social, educativo y cultural que históricamente ha tenido este espacio”, afirmaron desde la organización, que hace años realiza tareas de conservación en la ribera.

La falta de controles y de una política ambiental clara alimenta el temor de que detrás de estas maniobras se escondan intereses inmobiliarios o comerciales que nada tienen que ver con la preservación de la naturaleza ni con el bien común. Vecinos insisten en que es imprescindible frenar el avance sobre estos espacios antes de que el daño sea irreversible.

La zona afectada es una de las pocas áreas de humedal del cordón sur del conurbano que se mantiene con cierto nivel de conservación, junto a Punta Lara y Punta Indio. Allí conviven especies protegidas de flora y fauna, y se desarrollan actividades comunitarias impulsadas por escuelas e instituciones locales.

Mientras tanto, crece la presión ciudadana para que se investigue lo ocurrido y se sancione a los responsables. La denuncia también vuelve a poner en discusión el difícil equilibrio entre desarrollo urbano y protección del ambiente, un debate que en la región todavía espera respuestas concretas.